martes, 18 de mayo de 2010


¿Para qué sirven los colegios?

No, en serio. ¿Para qué sirve el colegio? ¿Tú como definirías el colegio en la actualidad? Está claro que tiene una utilidad, pero no lo está tanto que esté siendo útil para los alumnos, y en consecuencia, para la sociedad. Evidentemente, en La Revolución Educativa no estamos poniendo en cuestión su existencia, sino su objetivo, su realidad. Esto es lo que nos hace reflexionar sobre la situación educativa actual:

¿Lugar para enseñanza o lugar para aprendizaje?

Algunos definirían un colegio como “un lugar para la enseñanza”, otros como “un lugar para el aprendizaje”. ¿Son cosas distintas? Posiblemente sí, sobre todo para los profesores, que van allí a enseñar y los alumnos supuestamente a aprender. ¿No aprenden los profesores? ¿no cambia la metodología ni la posición que ocupa cada uno en el contexto educativo? Obligar a los alumnos a aprender bajo un sistema de aprendizaje impuesto no puede ser el camino para potenciarles. No pueden asistir a los centros a ser espectadores de un proceso educativo muy lejos de su hábitos de aprendizaje y más cercano a las cadenas de montaje de la revolución industrial: explicación > estudiar > examen > explicación > estudiar > examen > explicación…

¿Un parking de niñ@s y jóvenes?

La escolarización actual está adquiriendo un papel puramente asistencial. ¿No lo creéis? Seguro que un porcentaje importante de padres está aliviado con el calendario escolar, con una agenda que les dicta dónde y por cuánto tiempo sus hijos estarán tutelados. Esta tutela se ha convertido en un servicio de vigilancia, en un servicio de apoyo para los padres, pero no necesariamente convierte los centros en puntos de aprendizaje, que no es lo mismo que la enseñanza. De hecho, cada nevada nos levantamos con la clásica noticia en informativos: "Que los colegios hayan permanecido abiertos ha sido una ayuda para los padres". Aunque no sea un caso absoluto, hay padres que ven en el colegio un quita-problemas.

¿Socialización?

Si los colegios actuales no son para aprender pero tampoco son un “lugar donde dejar a los niños” quizá sean un punto de socialización entre l@s alumn@s. Es posible, allí mantienen contacto físico, forman parte de una comunidad… Sin embargo, no estamos seguros de si esa forma de socializar es la que pertenece a su generación. ¿Han cambiado los canales por los que se relacionan los alumnos? Teniendo en cuenta la penetración de la tecnología en sus vidas, ¿es ahora su relación más online que offline? ¿Les forzamos a relacionarse en contextos que ya no han elegido?



¿Estás de acuerdo con el post? ¿En absoluto? Revolucionamos desde la reflexión de todos y desde los nuevos planteamientos, así que déjanos tu comentario, es más valioso de lo que piensas.

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